1.10.08

Un zapato

Las monjas la sentaban en una esquina porque sus modales no eran apropiados, es de muy mal gusto mirar de frente y así tan fijo. No le digas a tu madre lo que haces en la escuela porque te va a castigar más fuerte.
Y no hacía nada distinto a los demás, a la hora del recreo se iba a los campos de girasoles, cerca de la capilla y miraba como volteaban poco a poco hacía donde el sol se movía. Una vez un girasol le dijo que volteaban por respeto, que el sol era su guía y que un día ella también tendría que voltear al cielo y buscar la dirección correcta.
Pero cuando iba a preguntar a quien debía seguir exactamente un zapato de goma le golpeo el rostro y una niña gorda le grito que estaba loca. Y no entendió que estaba pasando, porque estaba intrigada pensando si la luna sería tan importante como el sol y cuando por fin sintió el ardor del golpe en su rostro volteo muy despacio y miro a la niña que seguía gritando cosas que ya no escuchaba, porque le calor del golpe era tan intenso que todos sus sentido se bloquearon, solo sentía calor… recogió el zapato agresor y lo mordió tan fuerte, que la goma de la suela se quedo en su boca… Y los niños excitados se reían como locos.
No era el zapato, espera, te has equivocado.
Y regreso caminando con un pedazo de suela en la mano, ¿Por qué las monjas quieren que usemos zapatos de goma? Si son tan feos, aunque son muy cómodos. Y llego a la formación justo a tiempo, el recreo había terminado.

Los grupos de primaria hacían unas 12 filas en el patio principal del colegio y justo a tres filas de donde ella se encontraba estaba la niña gorda, sin zapato. Y así sin pensarlo y con pasos muy pausados camino hacia ella y le mordió la mejilla casi tan fuerte como la suela del zapato, pero el sabor era muy desagradable, y casi no sintió cunado una madre la separo de la gorda a reglazos. Solo tuvo tiempo de escupir, pero el sabor a sudor de niña gorda y tierra no se pudo salir su boca. Expulsada por conducta inapropiada, regreso a su casa en el autobús escolar, nadie había contestado el teléfono en casa, nadie había ido por ella, nadie se hizo responsable por la enorme y fea marca que le quedaría a la niña gorda. Solo se llevo los libros del pupitre y un papel sellado en rojo.

¿Cual es la diferencia entre un zapatazo y una mordida?, pero a ella le habían dicho que ante los adultos era mejor no hablar. Además nadie corroboró la historia del zapato. Ni siquiera cuando puso el pedazo de suela en la mano de la madre superiora, tampoco se preguntaron porque la niña gorda no tenía el zapato izquierdo. Luego dijeron que también se lo había robado.

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